Loquillo, crítica de Europa, su nuevo disco

Regresa Loquillo tras Diario de una tregua en su vertiente más poética y musicando, gracias a Gabriel Sopeña, los poemas de Martínez Mesanza. La producción del inmenso Josu García le da al disco una atmósfera setentera extraordinaria y convierte el trabajo en uno de los mejores jamás editados en nuestro país.

Arranca la fiesta con «Ceremonia». Los sonidos a lo Tom Petty, una letra que parece escrita a medida del cantante y una banda en plenitud anuncian que estamos ante un disco distinto en el que se reconocen con facilidad los pilares de la filosofía de Loquillo.

«De amicitia» ya formó parte del último lanzamiento en directo del artista. Su letra es para grabársela a fuego en la piel y el desarrollo del tema confirma que esta es la mejor banda de rock clásico del país.

«Es poder de una torre sobre rocas» también la conocíamos ya por formar parte del lanzamiento anterior. Su ritmo es más intenso que el del corte anterior, pero con esos guiños macarras tan necesarios para entender por qué el grupo sigue forjando su leyenda concierto tras concierto.

«Asedio» tiene un ritmo marcial con un piano que recuerda a bandas sonoras míticas. Otra letra para enmarcar, un enorme trabajo con los coros y todos los ingredientes para que se convierta en un tema fijo en los directos del grupo hacen el resto.

«Arco» las reminiscencias de las bandas sonoras de las películas del oeste se abrazan con el rock de la década de los 60 del siglo pasado. El equilibrio sonoro es tan patente como necesario para paladear un tema tan exquisito.

«También mueren caballos en combate» tira más hacia el jazz, hacia las coordenadas sonoras más fácilmente reconocibles del crooner que siempre fue Loquillo. Otra letra de excelente calidad y un gran trabajo del grupo para convertir la canción en una de las más completas del disco.

«La huella» era otro de los temas favoritos de los seguidores del grupo al haberse editado en el lanzamiento ya comentado. La vertiente más acústica se ajusta muy bien a otra letra tan emotiva como potente. Un himno.

«Después de Hattin» bien podría haber entrado en trabajos como Balmoral o El último clásico. Es nuestro tema favorito tanto por la letra como por su desarrollo, su pegada y su filosofía y su mensaje. Ojalá entre en el repertorio del grupo en futuras giras.

«San Luis» el riff de la guitarra recuerda al de algunos temas anteriores, aspecto este que le da más cohesión sonora al disco. Otra gran letra, el Loco cantando como nunca y un medio tiempo a su medida son el mejor punto final posible a un disco tan especial como este.

El disco solo está a la venta en vinilo y en la tienda de Warner al tratarse de una edición limitada. Sabemos que Loquillo ya está grabando su siguiente trabajo con algunos colaboradores que llaman bastante la atención. Hasta ese momento, ponte lo que prefieras, busca 35 minutos libres y disfruta de un discazo que demuestra la enorme madurez de un puñado de músicos que, incluso sin tener nada que demostrar, se sigue esforzando por poner el listón cada vez más alto.

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