Lo de Pink Floyd y sus reuniones es ya tan clásico como la Navidad. Cada cierto tiempo deciden unirse, aparcar los malos entendidos, hacer caja y retirarse a sus cuarteles de invierno. La verdad es que nos parece excelente que lo hagan, al menos ellos tienen un legado musical imponente y se pueden permitir el lujo de actuar con cuentagotas y de vez en cuando.