
Glenn Hughes fue uno de los artífices de que aquella mítica formación de Deep Purple, con Coverdale al frente, se convirtiera en uno de los mejores grupos de la historia del hard rock. Muchísimas décadas después sigue llevando a gala su integridad personal y profesional en cada escenario al que se sube.
La muerte de Gary Moore ha sido, con diferencia, la peor noticia en lo musical de lo que llevamos de año. El mítico guitarrista irlandés falleció el pasado 6 de febrero y, casualidades de la vida, 25 años y sólo unos días después de su gran amigo, el llorado líder de Thin Lizzy Phil Lynott. Su muerte fue motivo de una rumorología que se aclaró debidamente con el informe del forense.
Kirk Hammett ha querido comentar, a la revista Rolling Stone, que Metallica se encuentra ya trabajando en un proyecto secreto que verá la luz dentro de poco tiempo. La frase, "No es un disco de Metallica al 100%, queremos grabarlo en dos semanas" resume a la perfección de qué se trata.
A pesar de que la prensa del hígado se apresuró a decir que Gary Moore es una estrella del rock y que murió "en extrañas circunstancias" tenemos ahora que romper una lanza a favor del músico. El diario The Sun, como siempre, no tardó mucho en publicar que el guitarrista había muerto tras beber mucho alcohol (concretamente citaban varias botellas de cava y brandy) y que se ahogó en su propio vómito.