Han pasado ya casi 15 años desde que Natxo Cicatriz falleciera a causa de sida, último componente original de Cicatriz que quedaba con vida. Los años ochenta les pasaron más factura de la que creían y al igual que muchos de sus compañeros del punk de la época, el sida y las sobredosis nos dejaron huérfanos de los grandes genios del género como Iosu y Jualma (Eskorbuto) o Mahoma y Portu (RIP).
Desde el jueves y hasta el 7 de noviembre, la ciudad de Barcelona tiene su ya tradicional cita con el género del cine documental centrado en la música, el festival In-Edit Beefeater. Una edición que tuvo como trabajo inaugural la película "Barcelona era una fiesta (Underground 1970-1983)", dirigida por Morrosko Vila-San-Juan y que nos retrotrae a los años en los que en la Ciudad Condal se desplegaba un movimiento espontáneo de cratividad artística y musical de la mano de gente como Pau Riba u Oriol Tramvia.
Hace ya un buen puñado de años en los que Cicatriz fueron uno de los grupos más grandes del país. Su punk a ras de suelo provocó una verdadera oleada de grupos que ya están en la historia del punk español. Aunque luego fueron Eskorbuto y muy especialmente La polla records los que triunfaron, los Cica siempre tuvieron su punto.
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