Raphael – Ayer…aún (crítica)
Raphael acaba de editar su octogésimo sexto disco demostrando que su proyecto musical sigue más vigente que nunca.
Él mismo decía que no tenía «ninguna necesidad» de grabar un disco como este en el que homenajea la canción francesa. Sin embargo, quería recordar su éxito en el país vecino repasando los mejores temas de una música con unas coordinadas sonoras muy concretas en las que el artista se mueve como nadie.
Lo primero que nos llama la atención del álbum es el excelente trabajo de Jacobo Calderón en la producción. Los temas se grabaron en los estudios Meudon de París con todos los músicos tocando al mismo tiempo. La coordinación de los músicos de base y de viento es obra de Julen Basserés. Asimismo, el director David Hernando Rico se puso al frente de la orquesta sinfónica de cuerda de Bratislava en el estudio 2 de la radio nacional del mencionado país. Martin Roller se encargó de la grabación.
Por ello, el sonido es lo más similar a un concierto de Raphael y es ahí donde reside la clave de un sonido espectacular. El trabajo de Felipe Guevara en los estudios PKO de Madrid es digno de elogio. Escuchar sus susurros, su respiración y cómo domina los distintos tonos exigibles para cada melodía nos lleva, directamente, a la etapa de la música analógica.
Respecto al repertorio, es fácil deducir que las mejores canciones iban a formar parte del mismo. Desde el inicio con «La vida en rosa» pasando por temazos como «Que nadie sepa mi sufrir» o «Por qué me dejas» llegamos a «Je ne regrette rien», un magnífico dueto con Edith Piaf. Raphael quiso cantar con ella en los años 60 en Valencia, pero nunca pudo ser debido a la muerte de la cantante. No obstante, este tema ya lo grabó el de Linares hace años y ahora lo interpreta en francés dándole un giro distinto.
El pegadizo single «Padam, padam», «Bajo el cielo de París» o «Nathalie» nos muestran la versatilidad de las melodías y las múltiples posibilidades de interpretar temas que cuentan historias y que no son un simple estribillo.
La recta final del disco es muy interesante gracias al incontestable «Himno al amor», a la belleza sonora de «El mar», al mensaje de «Lo importante es la rosa» o al gran broche de oro con «Las hojas muertas».
En definitiva, se trata de uno de los mejores discos de Raphael que podremos disfrutar en directo a partir de julio del año que viene. Tiempo más que suficiente tienes para deleitarte en cada corte de un trabajo que confirma que el artista está en un momento muy dulce y que posiblemente, ya ha anunciado que le gustaría llegar a grabar 100 discos y que no se va a retirar, le queden muchos años sobre los escenarios.
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