Jethro Tull – Curious Ruminant (crítica)
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Comentamos ya, gracias a InsideOut Music, el próximo disco de Jethro Tull con todo lujo de detalles.
«Puppet And The Puppet Master»
Una melodía de piano con aires melancólicos nos arroja contra una melodía de flauta de la etapa del Root to branches con acordeón incluido. Anderson suena bastante bien de voz y el tema incluye distintos pasajes sonoros a los que la guitarra de Jack, en permanente dueto con la flauta de Ian, les da un aire más que familiar a una canción que suena a descarte de algún disco anterior.
«Curious Ruminant»
El single de adelanto sí parece ser más un tema grabado recientemente y compuesto el año pasado. Su ritmo es tan habitual como estándar, pero hay algunos destellos que lo convierten en un tema de enorme interés y con toques modernos. La parte instrumental es una joya.
«Dunsinane Hill»
La parte más folk del grupo renace con una frugal melodía de flauta acompañada de un acordeón y de un ambiente tan bucólico y medieval que recuerda a otras épocas. De hecho, si sigues a la banda te va a sonar bastante ya que su base original es una instrumental que tocaba en las giras de hace 25 años. Una vez más, la guitarra de Jack salva la canción y le aporta un empaque más que interesante y que incluye las clásicas partes habladas de la última etapa. Es un medio tiempo muy interesante que sirve casi de transición para la siguiente parte del disco.
«The Tipu House»
Un poderoso riff de flauta y un entorno bastante bucólico entronca con el mismo tono de voz que en el primer tema. Por los detalles sonoros nos lleva al sonido de la gira del 2 000. Respecto a la musicalidad, es inexistente al estar repleta la canción de distintos elementos sonoros que quizá no contribuyan demasiado a que sea una canción fácil de escuchar. Seguro que gana con el paso del tiempo. El solo de flauta es marca de la casa.
«Savannah Of Paddington Green»
La guitarra acústica hace acto de presencia junto al teclado en un tema que recuerda bastante a la época dorada de los 70. Al llegar la parte central hay un equilibrio con la última etapa del grupo, experimentación rítmica y elementos varios que convierten a la canción en una pequeña joya.
«Stygian Hand»
Una interesante melodía con la flauta se entremezcla con el acordeón y le va dando paso al resto de los instrumentos. Las reminiscencias de «The Whistler» le dan paso a tendencias más modernas en las que se juega más con los ritmos y con lo progresivo. Funciona el experimento, aunque le falta algo para ser completo. Al igual que el corte anterior, habría encajado en Rupi´s dance.
«Over Jerusalem»
De nuevo la parte acústica del legado del grupo hace acto de presencia. Te sonará porque la melodía es la misma que la de «Swing it far» de Thick as a brick 2. Se ignora si es una versión alternativa del mismo tema o no, pero todo hace pensar que así es. Resulta interesante y tiene momentos de brillantez. Es el tema más completo y potente del disco.
«Drink From The Same Well»
Cuando todos leímos que había un tema de 16 minutos nos alegramos. Cuando supimos que esto lo compuso Giddings y que nunca pasó el filtro de discos anteriores quizá no tanto. Desde el comienzo, Anderson le saca a su flauta todo el jugo posible. De hecho, es el instrumento el que te lleva a los distintos escenarios sonoros de un tema que no deja de ser la mezcla de distintas partes con unos engarces para darle un poco de sentido o de orden. En torno a los siete minutos y medio comienza la parte cantada a modo de gran final de todo lo anterior. La coda es puro The secret language of birds.
«Interim Sleep»
Los dos minutos y medio que dura tienen como interés la guitarra acústica de Anderson, su recitado y los mensajes en los que recuerda que no «dormirá para ser olvidado». Tan crípticos versos cierran el disco.
En la nota de prensa se comenta que fue en 2024 cuando Anderson se sentó con Goodier y O’Hara para rematar algunos de los temas que nunca editó oficialmente. Tras componer las letras, no dudó en añadir algunos fragmentos sonoros para darles la unidad correspondiente y editar el presente disco.
Poesía aparte, este es el tercer, y último, disco de Anderson para InsideOut y se ignora si habrá un nuevo contrato. Se ha limitado a quitarse de encima el proyecto tirando del baúl de los recuerdos y haciendo una limpieza de corrales. El resultado final gana con las escuchas y no entra a la primera, lo que permite apreciar los detalles a medida que se descubren.
¿Tiene calidad artística? Muchísima, pero quienes llevamos décadas escuchando al grupo no esperábamos un disco así. Todos queremos un nuevo Thick as a brick y esto no es posible, de acuerdo. Pero, ¿por qué no terminar su carrera con un discazo imprescindible? Esto solo lo sabe Anderson.
Habrá que ver cómo suenan los temas en sus conciertos previstos para el 7 de mayo en Barcelona y para el 12 de julio en Jerez.
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