Gary Moore y sus anécdotas con Ozzy, Lynott y Led Zeppelin

El legendario Gary Moore tenía historias de todo tipo con los mejores del rock y del blues. Recordamos algunas de las más curiosas.

De Rory Gallagher, otro irlandés para la historia indicaba Gary que «le vi poco antes de que muriera. Vivía en el hotel Conrad en Chelsea Harbour. Le vi en el bar del hotel y estaba bebiendo pintas de Baileys. Subí a su habitación y me enseñó las guitarras que tenía mientras tomábamos algo. Le puse mi disco de BBM y me dijo que le gustaba mucho. Lo pasamos bien, le di un abrazo y fue la última vez que le vi».

De Led Zeppelin recuerda que «yo tenía 17 años y estaba en Los Angeles en un hotel asqueroso. Tocaba cinco noches con Skid Row en el Whiskey y los Zep venían a vernos. Nos preguntaron que dónde estábamos durmiendo y les dije que en un pozo de mierd*. Nos alquilaron una suite en el Hyatt House y lo pagaron de su bolsillo. Eran los tipos más agradables del negocio y nos reíamos mucho con ellos. Sus groupies eran guapísimas».

«Un día subí a la habitación de Robert Plant. Tenía la cama en alto y nuestro batería le hipnotizó. Le dijo «te vas a despertar dentro de hora y media y bastante caliente». Se levantó, pilló a una chica oriental que había allí y se fue al baño con ella. Luego le vi en Londres, en The Speakesay, con Bonzo. John durmió en el suelo de mi habitación, tenía un catre en Belsize Park. Le dije a mis colegas «Bonham está durmiendo aquí, venid a verle». Por la mañana se fue, es como si hubiera desaparecido».

Con Ozzy Osbourne también tuvo algo más que una colaboración en el tema «Led clones». «Estaba en Nueva York y vi a Ozzy en un hotel y me invitó a cenar. Salí con él, con Bob Daisley y con Shannon. Nos sentamos en un pequeño local y Ozzy llevaba una chaqueta de color amarillo canario. De pronto dice «verás lo que tengo preparado Gary». Coge una punta, se la pone en la boca, absorbe el aire y las venas de la cara se le resaltan. Pilla papel, se lo mete bajo el labio inferior y se convierte en Roddy McDowall en El planeta de los simios. Uno de los que estaba en otra mesa le dice «¿podrías cantar «Over the mountain»?» y Ozzy responde «si me pagas una bebida sí». Se le podía escuchar desde varias millas a la redonda, es una de las voces que suena más alta de todas las que he escuchado. De vuelta al hotel pasamos por el Carnegie, Ozzy se tiró al suelo y dice, señalando a Shannon que estaba embarazada de seis meses, «esta tía me ha pegado el SIDA». Siempre se estaba pasando de rosca».

De Phil Lynott recordaba en una ocasión que «él cantaba en Skid Row y fue la primera vez que le vi. No tocaba el bajo. Cuando entré en el grupo me dijo «mañana te hago una guía turística por Dublín». Lo pasamos muy bien. Me llevó a un restaurante y me hizo pedir un plato que sabía que no me iba a gustar. Se comió mi plato, se bebió lo que pedí y pensé «vaya tela». Siempre fue así y, además, tenía que serlo ya que o lo pasaba bien, o tenía una fuente tendencia a consumir sustancias. No podía pedir ayuda, ya que la prensa se le habría echado encima. De hecho, cuando murió le masacraron y fue algo muy triste. Si estuviera vivo viviría en un convento e intentaría romper todos los moldes». Curiosas las anécdotas de uno de los guitarristas más incendiarios de la historia.

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