Dave Davies (The Kinks) y sus salvajes historias con los grandes del rock

Dave Davies repasó sus historias más salvajes con los grandes del rock en 2010. Te contamos qué dijo en su entrevista para Classic Rock.
The Who
«En los 60 había una banda salvaje formada por mí, Pete Townshend, Long John Baldry, Eric Burdon y Jeff Beck. Solíamos pasar el tiempo fumando porros en la furgoneta de la gira. The Kinks siempre quisimos tocar con The Who, ya que Keith Moon nos pasaba de todo un poco en lo que a estupefacientes se refiere».
«Le vi por última vez dos semanas antes de morir. Estaba en el Hyatt Hotel de Los Angeles. Estaba solo en el bar y parecía un tipo triste y viejo. Le dije que había quedado con una chica y me dijo «tómate una cerveza conmigo». Fue como cuando tu padre te dice que te tomes una cerveza con él. Fue algo extraño. Quizá se sentía muy solo al final de su vida».
Jeff Beck
«Nos admirábamos mucho mutuamente The Kinks y The Yardbirds. Cuando Clapton se fue y entró Jeff nos convertimos en amigos íntimos. Creo que me imitaba un poco al principio, era como si pensara que lo que yo hacía con la guitarra también podía hacerlo él. Bebíamos mucho y terminábamos haciendo cosas de borrachos. Una noche, nos paseamos por el techo de cada coche que estaba aparcado en la calle. Llegábamos a las cuatro de la madrugada a casa y no recordábamos nada. Parábamos en el club Cromwellian. Todo el mundo estaba allí y todos bebíamos muchísimos. La bebida y las sustancias iban de la mano. Jeff siempre fue un salvaje y tenía todo el potencial para convertirse en un loco. Nació para ser Jeff Beck y no una estrella del pop».
Ray Davies
«Siempre tuvimos una relación extraña y ahora no nos hablamos. Es un gran compositor, pero hay otros aspectos que también hay que valorar. Ray no es una buena persona, más bien es astuto, manipulador y repugnante. Me ha tratado siempre como a una mierd*. Cuando éramos niños, siempre fui una persona abierta y él era introvertido, problemático y complicado. Jamás fue feliz, salvo cuando me quitaba algo. Cuando eres niño no te importa, pero cuando creces se convierte en un problema».
«Recuerdo que cuando teníamos unos 12 años, nuestro cuñado nos regaló un par de guantes de boxeo. Un día, estábamos boxeando y comencé a probar nuevos golpes a la mandíbula con Ray. Le di tal puñetazo con la derecha que terminó con la cabeza en el piano. No se movía y pensé que le había matado. Me quité los guantes, intenté reanimarle y nada. Acerqué mi oreja a su pecho para ver si le latía el corazón y entonces aprovechó para darme un puñetazo. Este es el mejor resumen de nuestra relación».
Led Zeppelin
«Jimmy Page era el protegido de Big Jim Sullivan’s al principio de la década de los 60. Tocaron mucho juntos y por aquel entonces todo el mundo creaba grupos y no todo el mundo sabía tocar bien. La discográfica contrataba a Jimmy para que tocase en los discos de los demás. Siempre fue un tipo muy tranquilo e introvertido. Siempre estuvo en la mesa de grabación cuando The Kinks comenzamos a grabar nuestro primer disco. Shel Talmy, el productor, fue el que lo llamó por si tenía que echar una mano. Aclaro que jamás tocó en «You Really Got Me» y tampoco en «All Day And All Of The Night». El guitarrista que escuchas en esos temas soy yo. Más tarde, conocí a Led Zeppelin en el Hyatt House de Los Angeles. Les vi tocar en Hollywood en torno a 1971, cuando comenzaron a ser muy grandes en Estados Unidos. Bonham se me acercó y me dijo «¿sabes por qué tenemos tanto éxito? Porque tocamos temas con la fuerza de «You really got me», por eso vienen a vernos».
Jimi Hendrix
«En la vida real, Jimi no tenía nada que ver con el salvaje que representaba en el escenario. Era muy tranquilo e introvertido, como Ray. En directo era explosivo, hablaba muy bajito entre tema y tema. Me lo encontraba en The Scotch of St James en las fiestas. Hablábamos, pero no éramos amigos. Un día volé en el asiento al lado suya a Estocolmo. Me dijo «el riff de guitarra de «You really got me» es genial». Imagínate cómo me sentí al ser alabado por Hendrix. Fue un bonito cumplido».
Brian Jones
«Sin menospreciar a nadie en los Stones, Brian era el único artista ahí. A veces vivió la vida de la estrella del rock al máximo, pero otras no. En ocasiones, prefería quedarse mirando un árbol o una nube. La creatividad de los primeros discos de los Rolling nace de él. Todo el mundo esperaba que sus conciertos tuvieran el máximo de volumen y él salía y tocaba la guitarra casi acariciándola».
«Cuando The Kinks hacíamos un concierto en París siempre quedaba con Daniele Ciarlet (actriz y modelo conocida como «Zouzou»). Salíamos, fumábamos y terminábamos en la cama. Un día, en Scotch of St James, Brian y yo estuvimos hablando de esa chica de París y de lo impresionante que era. Entonces me dijo «¿te refieres a Zouzou?». Al parecer, también quedaba con ella sin que ninguno de los dos lo supiera. Era un extraño trío el que teníamos montado y me habría gustado convertirlo en realidad, pero nunca sucedió».
Chuck Berry
«Si no hubiera sido por Eddie Cochran jamás habría cogido una guitarra. Reconozco que Chuck fue la clave para todo lo que pasó en los 60. Sus letras eran tan buenas como las de Dylan y las de mi hermano. Me lo encontré en el aeropuerto de Atlanta. Llevaba unos zapatos blancos y marrones con un estilo típico de la década de los 50. Le miré y me quedé sin palabras. Entonces, comenzó a insultar a una azafata que le había sentado en el asiento equivocado. Pensé que ojalá pudiera insultar como él. Luego me preguntó que cómo estaba y se cachondeó de mí al preguntarme por el nombre de mi grupo. Siempre miraba a la gente por encima del hombro».
Jerry Lee Lewis
«Nunca toqué con Chuck Berry, pero sí lo hice con Jerry Lee Lewis. Fue un gran error. Era otro de mis héroes. Nos reunimos varias estrellas del rock para hacerle un homenaje. Estaba Brian May por allí y toqué el riff de «You really got me». El gran tipo se convirtió en un cafre que solo me dijo «encantado de conocerte». Luego, nos conectaron al mismo amplificador y James Burton estaba también por allí. Jerry era un auténtico gilipoll**. No trataba a nadie bien y creo que era así porque los que le rodeaban eran más gilipoll** que él. Es posible que consiguiera todos los elogios posibles, pero en su lecho de muerte tendrá que evaluar qué clase de persona ha sido. Cuando tuve el ictus, y estuve a punto de morir, así lo hice y sé cómo te sientes».
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